03/11/15

Pueblos.7: Real Sitio de Covadonga (Asturias).




En el parque Nacional de Los Picos de Europa, en plena naturaleza, entre montañas y bosques, se encuentra el Santuario de Covadonga, centro Mariano de gran devoción
para todos los Asturianos y todos los Cristianos. La Santina en Su Cueva, la Basílica en el Cerro Cueto, y la belleza del paisaje de la montaña asturiana, hacen del Santuario de Covadonga un lugar de visita y peregrinación obligada. En Covadonga, como en ningún otro lugar, se funden la Fe, la historia y la naturaleza. Allí, en la misma Santa Gruta, junto a la Santina, la tumba del gran Don Pelayo domina la asombrosa vista que desde allí se contempla, como si aún estuviera vigilando y velando por la seguridad de su territorio sin conquistar.

Nos decía el sacerdote que ofició la misa el sábado en la Santa Gruta de Covadonga que, todos los que vamos allí, lo hacemos con devoción y con el corazón lleno de algo: de pena, alegría, satisfacción, enfermedades, amor, pérdida,... Y todos seguimos un pequeño itinerario sin necesidad de guión: encendemos nuestra vela y vamos a ver a la Virgen para presentarle nuestros respetos y pedirle aquello que nos ronda en nuestro interior, y que sólo nosotros y Ella conocemos, y agradecerle otras tantas cosas.
Y tiene razón. De todas las veces que he estado en Covadonga, y son muchas, ni una sola he faltado al ritual. Y por ese mismo orden, sin pensarlo.

Esta semana fuimos a darle las gracias por las muchas cosas buenas que nos están pasando, y nos permitimos el pequeño lujo de visitar a la Santa Madre en primer lugar; en su gruta, donde aguarda cada día, paciente, a los cientos de visitantes que por allí pasamos.

Eran apenas las nueve de la mañana; de fondo, solamente se oía el rumor del agua cayendo en la gruta y algún que otro canto de pájaro que volaba feliz contemplando tanta belleza. Nos sentamos en uno de los escasos bancos de madera que allí caben, tranquilos, con el corazón lleno de peticiones y mucho que agradecer. Y fue uno de los momentos más hermosos que he vivido últimamente.


Una de las cosas que, vez tras vez, sigue siendo mi talón de Aquiles, es encender una vela a la Virgen mientras, en silencio, con los ojos cerrados y en absoluto silencio, le pido por todos los míos; ese momento de devoción y de fe sigue produciendo en mí unas tremendas ganas de llorar. Siempre. Es tal el recogimiento que allí se siente, que es imposible no sentir ese halo de fe invadiéndolo todo, y a todos. 

Imagino que muchos de vosotros habréis estado allí, porque es una de las visitas obligadas cuando se está en Asturias de vacaciones. Es cierto que todo el recinto está muy enfocado al turismo; de hecho, es el conjunto monumental más visitado de Asturias, pero aún así, incluso para los que vamos de vez en cuando para alejarnos del ruido de la ciudad y reconciliarnos con nuestro interior, es increíble la sensación de paz que te invade, la sensación de tranquilidad; el cuerpo se relaja y es como si miles de angelitos te llevaran en volandas a presentar tus respetos a la Santina. Paz, tan ansiada en estos tiempos que corren y tan necesaria para nuestro alma. 

No es que os lo recomiende, es que creo que todos necesitamos visitar alguna vez en nuestra vida este lugar santo; este lugar de fe, de reflexión. Allí os espera la Santina para daros aliento y fuerza; allí os espera vuestro momento de paz.

"Bendita la reina de nuestra montaña que tiene por trono la cuna de España".

Bss.







2 comentarios:

  1. Hola Isa. Covadonga es uno de los lugares más bellos que he visitado. Un lugar como tú dices que merece la pena visitar por lo menos una vez en la vida tanto si eres creyente como si no. Y ¿qué me dices de los lagos? Impresionante paisaje, un lugar precioso. Gracias por compartir tú experiencia. Un besazo enorme

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