Piedad, así se llama, tiene unos espectaculares ojos azules que te calan en lo más hondo, aún sin intercambiar una sola palabra. Y lo más importante es que, al mirarla, sabes que tienes delante a una buena persona, a alguien que, sin duda, merece la pena conocer.
Os dejo con ella, os dejo con Piedad Fernández...
EBIP: Para comenzar, ¿qué te parece si nos cuentas algo de ti? Una pequeña presentación…
PF:
Pues nací un diez de enero en Oviedo y, aunque soy asturiana, me considero una asturiana
con sangre manchega. Tanto mis padres, que viven en Oviedo, como mi marido, son
de un lugar de La Mancha que sí quiero acordarme… Se llama Quintanar de la
Orden, así que todos los veranos recorríamos los seiscientos kilómetros que
separan el tiempo impreciso de Asturias al tiempo asegurado de sol de La
Mancha. Durante uno de esos veranos conocí a Jesús, mi marido, y aunque estuvimos
tres años separados por esos seiscientos kilómetros, al final encontró trabajo
en Oviedo. Nos casamos otros tres años más tarde y aquí seguimos, en Oviedo,
con nuestros dos hijos y todos los veranos, Semana Santa y Navidades, volvemos
a La Mancha.
Sigo
quedando, muy de vez en cuando, con mis amigas del colegio, esas que conoces
desde que tienes cuatro años y que, aunque tardes meses en ver, parece que
hubieras hablado con ellas todos los días. Estudié Químicas, mi pasión desde
los ocho años, y aunque no he encontrado trabajo relacionado con ello, puedo
decir que estudié lo que verdaderamente me gustaba.
Actualmente,
busco “desesperadamente” trabajo, pero quieta no estoy, hago manualidades,
estudio y, sobretodo, “peleo” con un adolescente y un pre-adolescente, que no
es poco.
PF: ¡Ella misma! La vida es apasionante o, por lo
menos, a mí me lo parece. Los cambios que damos las personas, con los años,
tanto física como mentalmente… El cómo dejas de hacer cosas sin más y haces
otras nuevas según la edad. La vida es apasionante…
PF: Igual que hacemos unas cosas y dejamos de hacer
otras por la edad o la situación de cada uno, la vida tiene un principio y un
final. Lo bueno sería irse habiendo sido feliz y habiendo conseguido los logros
que nos hayamos marcado en esta vida.
PF: Mi estómago baila y mis ojos lloran, va todo
junto. Sea bueno o malo. ¡Yo soy de las que lloran con Pretty Woman! En serio, muchas cosas, sobretodo cuando se consiguen
las metas que nos vamos marcando día a día, las de mi familia, padres, suegros,
hermanos, cuñados, sobrinos, …
PF: ¡Una maleta llena de “por si acaso”! Mi libro electrónico cargado de batería y novelas. Y, siempre, la ilusión de conocer nuevos lugares y costumbres.
EBIP: ¿Una buena tarde de cine, una buena tarde de lectura o ambas?
PF: Una buena tarde de lectura, y si es al calor de la
chimenea y que mi hijo pequeño me acompañe con acordes de guitarra, pues no
necesito más.
PF: Quiero pensar que va hacia algo positivo, pero no
sé qué decirte. Mientras seamos personas, luchemos por ser personas y pensemos
que estamos rodeados de personas como nosotros, creo que todo irá bien. Eso
quiero pensar. Creo que con esto se resume todo lo que está pasando en la
actualidad, en la política, en la sociedad, en las familias, en los países y en
todos los ámbitos. Tenemos que tener
claro que, si cada uno pensamos en lo nuestro y creemos que todo es sólo para
mí, la cosa irá mal. Pero sigo teniendo fe en las nuevas generaciones.
PF: Sí. Como te dije antes, tengo fe en las nuevas
generaciones, aunque creo que no se lo estamos poniendo muy fácil. Deberíamos
aplicar aquello de “debemos satisfacer nuestras necesidades sin comprometer las
de las próximas generaciones”.
PF: Allá voy…
Un color: verde.
Una fragancia: el
olor a humo procedente de las chimeneas en mi pueblo de La Mancha, el olor al
calor del hogar.
Una canción: I want to break free, de Queen.
Un sentimiento:
la sinceridad.
Un libro: Rimas, de Bécquer.
La compañía
perfecta: mi marido y mis hijos.
Un lugar: sin
duda, Oviedo.
Diréis que soy
muy repetitiva en mis despedidas, pero es cierto que leer este tipo de cosas tan
personales de mis lectores y amigos me llena de una inmensa alegría, ya que
conseguir que alguien que no está habituado a escribir sea capaz de sentarse
delante del ordenador o de un cuaderno, abra su corazón y nos cuente lo que por
él transita, es un gran éxito para mí. Piedad además, nos ha dejado la
despedida perfecta…
“Si
se puede añadir un comentario a la entrevista, decirte Isa, que es una idea
fabulosa, se queda una muy relajada. Espero que tengas muchos éxitos en tu
andadura literaria”.
Y yo, para agradecérselo, he acudido rauda y veloz a una
de mis Rimas de Bécquer favorita, la
número XI…
“Yo
soy ardiente, yo soy morena,
Yo
soy el símbolo de la pasión.
De
ansia de goces mi vida está llena;
¿A
mí me buscas? No es a ti, no.
Mi
frente es pálida, mis trenzas de oro;
Puedo
brindarte dichas sin fin;
Yo
de ternura guardo un tesoro.
¿A
mí me llamas? No, no es a ti.
Yo
soy un sueño, un imposible,
Vano
fantasma de niebla y luz,
Soy
incorpórea, soy intangible;
No
puedo amarte. ¡Oh, ven, ven tú!”
Nos
leemos en el próximo Llenándome de vida…
Bss.
Una escritora con una vida sencilla y una familia normal. Un abrazo
ResponderEliminarUna familia maravillosa, es la verdad. Bss!!
EliminarGracias Isa, me encanta
ResponderEliminarGracias a ti, no hubiera sido posible sin tu ayuda. Sois geniales. Bss
Eliminar